La película tiene el sello argentino, no solo por el país de producción si no porque las cintas de este país tienen otro espíritu. O al menos, es lo que yo pienso.

Tierna y cómica a partes iguales. En algún momento me ha sorprendido (positivamente) la banda sonora y no por la no-presencia de la voz del propio Drexler, que se hubiera agradecido aunque fuera en los títulos de crédito, si no porque hay canciones que no esperaba viendo la trayectoria de la película.
En líneas generales la película me ha gustado porque a mí me suelen gustar este tipo de películas en las que conoces el final desde antes de que empiece la película. Hay que verla sabiendo eso, no esperando grandes sorpresas y giros en la trama.
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